Sobre el día 9: The long and winding road to.. una mini isla para nosotros!

Nuestra idea original, era haber acampado en el parque de los megacolumpios geniales, pero como además de estos tenia lo de los animales, pues claro estaba cerrado (con una cadena nada mas). De hecho entramos a fisgar, pero no nos quedamos allí sino en el camping abandonado que había justo enfrente.

Y como la noche anterior estaba oficialmente cerrado, allí estábamos a las 6:30 de la mañana para probar esos supertoboganes. Sólo estaba un tío de mantenimiento, que claramente flipó.

Pegarte una paliza a subir montaña tiene dos ventajas una que duermes mas fresquito, (Sergio siempre me lo recuerda cuando estoy sudando a chorros cuesta arriba aunque en ese momento no lo aprecio del todo) y la segunda ventaja es que empiezas cuesta abajo. YUJU! para soltar las piernas, y aunque te duelen las manos y los brazos de tanto bajar os aseguro que lo prefiero. Primeros 11km en un periquete.

Luego ruta por la costa, con la curiosidad de que pasamos junto a unas enormes instalaciones de una naviera y llegada a un minigabarra que parecía que nos estaba esperando para pasar a la ruta de las islas.

Esta ruta atravesando el mar de Japón dando saltos de isla en isla a través de esos enormes puentes es una maravilla, sin duda de lo mejor del viaje hasta ahora, están perfectamente adaptados a las bicis, y para subir desde la costa hasta la altura del puente hay como un mini excalextrix que sube dando vueltas para evitar grandes pendientes. Aun así hay que subirlos, y subir 5 mini puertos en una jornada de 75km... con el recuerdo en las piernas de la noche anterior... me pasó factura y en un momento me vino "el del mazo" y mis piernas se convirtieron en mantequilla (a escasos 6km del final, aun dos puentes que subir eso si) Mis cacahuetes milagrosos y unas fuerzas que no se de donde salieron me permitieron terminar la etapa, es duro ser el paquetillo que sufre por detrás, pero en general siempre estamos muy pendientes y nos echamos(me echan una mano)

El problema de mi agotamiento fue que a mediodía, cuando paramos hasta 3horas para descansar del calor, en vez de hacer lo propio, me las pasé haciendo el idiota con Sergio sin pararnos de tirar por los toboganes de la piscina en la que paramos.(lección aprendida)

Llegar a esa mini isla con camping sólo para ciclistas y motoristas(de 125cc) fue una maravilla, cené como si me hubieran matado de hambre el día entero. Y lo mejor, aun nos quedaban dos islas y dos puentes que disfrutar al día siguiente.

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