J2 Descanso en Kyoto

¡¡Ohh!! Tres días de descanso. Bueno... descanso entre comillas, porque mas bien lo que hicimos fue patear la ciudad.

Kyoto es una ciudad que ya he visto en mis anteriores viajes a Japón. Como Juan no lo había visto antes, pues hicimos algo de turismo: Ver sitios petados de gente haciendo foticos. Después de tantos días haciendo "turismo" sin guiris, el estar rodeado de estos no era cómodo. Si señor, uno era un guiri reacio a guiris.

Pues para ver, lo típico: El palacio imperial, al cual se entra pidiendo hora en una oficina cercana. (curioso, no había que pagar por entrar y te hacían una ruta turística gratuita)


Y algún que otro palacio, como el del shogun. Resumiendo, el shogun era el pavo que se dedicaba a la política y guerrear, ya que el emperador era una figura mas bien religiosa y punto, algo así como tener rey y presidente.


A mi me resultaba más divertido hacer cosas raras. Como... comprar Doritos de colores raros: negros y verdes.


O ver detalles como los canales de agua, preparados para pasear si hay poca agua o inundarse si hay mucha:


Visitar pequeñas tienda, como las del estudio Ghibli en Kyoto:


Nos volvimos a encontrar con Miguel (si os acordáis, él nos acompañó parte de la ruta en bici, de Kyoto a Fukuoka), que vive en Kyoto y nos llevó a un barrio de carácter antiguo y a un templo construido en una montaña muy empinada:



Y nos llevó a cenar Yakiniku (carne frita) en el restaurante ChiFaJa. Te traían toda la que quisieras, y la vas poniendo en un hornillo que hay en la mesa. Muy recomendable.



Como veis, hay restaurantes españoles también (al lado de un konbini):


Y graaaandes galerías comerciales:


Otro día hicimos cosas que me gustan mar: ir a comer a la universidad de Kyoto, que ademas tenía estas preciosas vistas:



Vimos otro templo, el de plata. Como broma, tenía censurado a Juan a un templo por día, ya que hay millones y más en Kyoto.


Y bueno, también subimos a Fushimi Inari: Si, esa montaña llena de Toris hasta su punto más alto. Tardamos hora y media en recorrerla. Cuando os pueda os pongo un vídeo a cámara rápida que hicimos.


Por si os mola, los precios de poner Toris:


Incluso una profesora de Osaka nos pidió practicar inglés con sus alumnos:



Más tarde fuimos a la estación de Kyoto. Es realmente un mundo de tiendas. Creo que necesitaría 3 dás enteros para centrarme en recorrer todas las tiendas. Tremendo: 15 plantas de altura, una arquitectura horrible, parques en cubierta, galerías de tiendas bajo las carreteras de Kyoto... otro mundo.

Hasta un español le dió por poner una tienda con este nombre:

Y como andábamos cansados, el último día de "turismo" compramos en un "konbini" y nos fuimos al albergue. Aquí me veis con una bola china llena de carne, con forma de doraemon. Por cierto en DORAEMON, con E, y no con I... que me veo miles de millones maldiciendo "Doraimon".

El nombre de Doraemon viene a ser malamente contado una unión entre "Dorayaki",que es un bollo relleno de anko (una pasta de judías) y -emon, que viene a ser una especie de sufijo de "dios". Y no, los dorayakis no son de chocolate: lo que veis en España es un invento.

Hala, ¡buenas noches!
Sergio.


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Sobre los dias 28 a 31: Ultimos dias sobre ruedas

Que retraso traigo con mis comentarios, os dejo aquí mis impresiones de los últimos 4 días que cogimos la bici, de alguna manera si tienen algo en común así que no irá mal la cosa.

La clave a tan solo 4 días de dejar la bici es que hicimos composición final de distancias y decidimos hasta donde íbamos a llegar, donde cogeríamos el tren de vuelta a Kyoto, vaya. Y en esta decisión tuvo mucho que ver el cansancio acumulado, nos quisimos regalar unos días mas tranquilos sin tener que hacer mas de 40-50km diarios, pudiendo pararnos mas y hacer un poco el turista ordinario.
Turismo de Templos, el cordón ese pesaba 5 ton!!
Y llegó esa relajación, y con ella los problemas en los frenos hidráulicos de  Sergio y las sesiones de una hora reparándolos casi cada día (pero con calma), y llegaron las paradas cada vez mas frecuentes y los baños en la playas, y visitas a museos y bibliotecas... Y con ello llegaron... LAS CONTRARELOJES, porque con tanta relajación nos hemos encontrado estos últimos días con que a eso de las 3:30, con 30-40km por delante y poco tiempo de luz por delante. Con lo que mas que olvidarnos de lo de hacer bici, concentrábamos el esfuerzo en 3horitas a toda pastilla, pero qué pastilla! De alguna manera se disfrutaba, aunque algún día llegábamos un poco apurados y eso repercutía en que nos tocaba cenar frío lo que habíamos comprado unos km antes o así. Pero nada que nos diera mayores dolores de cabeza.

Respecto a las visitas turísticas... en fin que deciros, que no nos pudimos resistir a entrar al kitch museo de la arena, cuyo único atractivo era que tenia un reloj de arena gigante. No era barata la entrada al museo, pero dijimos... adelante por el turismo a la americana, y es que el museo poco mas tenia, pero nosotros le dimos todas las vueltas, tocamos y jugamos con todo lo que nos dejaban jugar y pasamos un buen rato.

La visita a la región de las minas de plata de Iwami-Ginzán, tuvo bastante más interés y cientos de japoneses por allí- Como no era fin de semana no pudimos visitar mas que una de las galerías y no una mucho mas grande por la que se hace un tour, pero bueno. Estaban en un valle con un pueblo muy bien conservado con varios templos muy interesantes entre ellos unas cuevas budistas con 500esculturas de monjes cada una diferente en la que había un cartel que prohibía no solo hacerles fotos, sino también hacer dibujos de ellas... vaya tela. Eso si en el panfleto turístico había una imagen de ellas...
El valle nos recibió con muchisimos turistas(japos) porque ni un solo guiris vimos por allá aparte de nosotros, y eso siempre tiene su punto. Nos pegamos luego por la tarde una buena paliza de bici, el primer parque fichado, tenia muy mala pinta en lo alto de un monte y nos regalamos 11km mas hasta el siguiente que hicimos a toda pastilla y llegamos a un parque/ instalaciones de béisbol donde estuvimos a punto de acampar bajo el marcador del estadio. Fue una mala noche, porque llovió mucho y sobre todo a la hora de recoger la tienda, guardarla toda mojada es siempre un fastidio(tus 2kg de agua extra que te llevas)

Al día siguiente mas de lo mismo, turismo tranqui y super maraton para llegar al valle donde se escondía el onsen de los Dioses, pero lo único que vimos fue mil hoteles (realmente hay mucho turimo de "balneario" aqui en japón) este era el segundo minipueblo que vimos con muchisimo turismo en torno a un Onsen milenario. Era super tarde y estábamos bastante cansados y lo que encontramos fue un Onsen moderno gigante que estaba hasta arriba, casi ni lo disfrutamos... nosotros!! que raras se estaban poniendo las cosas y es que solo nos quedaba un día de bici.

Nuestra penúltima noche en tienda de campaña nos regaló un pedazo de diluvio espectacular, a Sergio se le inundó un poco la tienda y todo, y el ultimo día de bici, como parece que no podía ser de otra manera amaneció con lluvia para las 2 primeras horas, lo justo para pasar calados el resto del dia. Amortiguamos el impacto con un ritmo pachorril de paseo en bici durante todo el día que hasta nos sorprendió darnos cuenta al final del día que habíamos hecho 50km.... mira tu.

Tambien fue el ultimo dia de bici en el que pinché, y de alguna manera estuvo bien, porque pasear algo en un viaje que no utilizas siempre da rabia, y mucho mas cuando lo cargas a cuestas o en la bici, y lo unico que no habia utilizado hasta la fecha eran las camaras de repuesto de la bici, y mira tu por donde..

Eso si, el ultimo día también nos tenia reservado el jardín japones mas bonito que hemos visto en todo el viaje, era para vivir en aquel pueblo solo por poder pasear por allí cada tarde. Y para nuestra ultima noche de camping... teníamos fichado un parque a tan solo 1km de la estación de la que salíamos al día siguiente, tenia que ser ese si o si.
Mirar las vistas desde una de las cafeterias del jardín

Cual seria nuestra sorpresa cuando llegando al parque nos encontramos ríos de gente que se dirigen a... vaya parecía que nuestro parque, si! y es que justo había una celebración budista en el mismo. El parque era suficuentemente grande como para que pudiéramos acampar medio alejados, eso si cuando ya anocheció y fue precioso ver la fiesta con el lago lleno de farolillos de colores por la noche.
Ya estaba, habíamos completado nuestra vuelta a japón, nos quedaban los retos de los trenes con los montajes desmontajes de las bicis y sobre todo con el reto de llevar las bolsas que pesan un montón, pero eso ya era otra cosa. 
Se ve fatal, pero os imaginais el lago lleno de farolillos
Prueba mas que superada, una maravilla esto de tener bici cada día sobre todo cuando las piernas se transformaron en dos pedazos de piedra casi invulnerables.Y la verdad llevamos muy bien lo de dormir un mes entero en tienda de campaña casi todos los días (menos 5 albergues),
La lluvia famosa que nos ha perseguido los últimos casi 20 días del viaje, nos ha fastidiado mas por no poder pararnos mas, por las vistas que nos perdimos, que por el propio calarse.. que como a todo te acostumbras. Ha sido una pasada descubrir Japón a pie de carretera, a este ritmo que te deja disfrutar cada detalle, cada persona casi con la que te cruzas, en definitiva ser un vouger de primera asomándonos a la vida del japón mas cotidiano, alejado de las grandes ciudades y centros turísticos mas conocidos. Y es que siempre nos decíamos que para eso ya podíamos volver hasta de abuelitos en un viaje organizado.


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J2 Día 32 Yonago-Kyoto

La noche en el parque de Yonago estuvo mejor de lo esperado. Dormimos sobre un campo de musgo... y fue cómodo.

Por mi parte metí en el fondo de la tienda la gran bolsa de plástico negra con la que suelo cubrir la bici por las noches: penalizo que esta se moje (y se oxide), pero me daba una protección extra frente a la humedad generada en el suelo de la tienda.

Cuando llueve, todo lo que este en el fondo de la tienda genera un charco de agua: Ya sea el autohinchable, la mochila, un móvil o una toalla. Y es muy desagradable, porque si tu brazo toca el fondo, también genera charco. Por lo menos esta noche no ocurrió así.

Juan y yo nos levantamos pronto porque debíamos estar en la estación desmontando las bicis para meterlas en el tren. No se pueden meter bicis, a no ser que vayan en una bolsa.



Compramos un billete sin reserva de asiento: son más baratos, puedes usarlos en los siguientes 3 días de la compra (una vez sólo) pero no te aseguran asiento. Y por ello... tuvimos que pasar el viaje de pie ¡3 horas!, porque al ser domingo todo el mundo cogía el tren para volver a sus casas.

Al final, después de 2 transbordr conseguimos llegar a la estación de Uzumasa, en Kyoto, la más cercana al albergue de Utano.


Y para aceros una idea, estos son los kilómetros que recorrimos: Es más distancia de la que hay en línea recta desde Madrid a Amsterdam. 1600 kilómetros en 30 días, que no esta mal teniendo e cuenta que nos parábamos mucho para ver edificios de arquitectura, templos, onsen, museos, konbinis, playas, cuevas, castillos, parques... un sin fin de cosas que ya os hemos contado.


A partir de hoy, nos quedaremos 3 días a descansar en Kyoto antes de volver a España. Esa noche, en el albergue, había una especie de juego-comida que se realiza en Japón: Consisten es poner unas cañas de bambú por donde corre el agua. Y una persona va poniendo fideos y la gente debe recogerlos con palillos y comérselos. Vamos, práctica con palillos nivel extremo.



Mañana os cuento lo que haremos en Kyoto... dejando las bicis aparcadas.

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J2 Día 31 Matsue-Yonago

Pues este es nuestro último camping. No tenemos fotos con las tiendas porque nos volvió a llover la del "taco" por la noche ("tako"= pulpo; yakitako=pulpo frito, un plato japonés).



A pesar de la lluvia, el parque era buenísimo. Tenia un Onsen al lado. Tenía forma de bol de Ramen y estaba petado de gente, con lo que no nos gustó nada por ser demasiado moderno y mucho turista japonés.

De camino a nuestra siguiente parada, nos encontramos pequeños islotes dentro de los lagos. Algunos con puertas sagradas.





Y acabamos entrando en la isla dentro de la isla. Es de origen volcánico y subimos hasta el punto más alto: 3100 cmsnm.   ¡¡PEDAZO DE VOLCÄN!!!!


cmsnm = centímetros sobre el nivel del mar. Vamos, 31 metros. Era más alto el puente de entrada (50 metros) que el punto alto.

Dentro de la isla había un jardín japonés precioso, que incluía restaurantes (caros) y que -precisamente este día- estaba lleno de gente vestida de negro porque se celebraba en toda japón una especia de "día de los difuntos".







El paisaje japonés es más bonito en los meses de otoño y primavera, donde hay muchos colores en los árboles. O de noche, que tenía el aspecto indicado en este panfleto:


Pero para rematar el último día en bici, no se le ocurre a Juan otra idea que pinchar la rueda... y eso que su bici  es la que menos problemas ha dado.


Al ir llegando a Yonago, encontramos otra carretera musical. En directo se escucha muy bien, pero en los vídeos cuesta escucharlo:


Y uno pensando que llegábamos a un parque tranquilo... resulta que nos metemos en uno con fiestas. Pues nada... nos apuntamos a las fiestas.


El sistema es este: un paseo donde todo el mundo vende comida. Al final, un puesto donde compras un rezo en un papel. Ese papel se lo llevas a 3 monjes que lo leen por los altavoces del parque. Luego vas y quemas cenizas.



Y por último, un barco va echando barcos con velitas por todo el lago. No puedo poneros fotos porque no salían bien, pero era impresionante ver el lago con miles de farolillos de colores flotando. Nos quedamos un ratazo a verlos.



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J2 Día 30 Izumo-Matsue

Pues mira por dónde... éste día dormimos fatal. Lo normal en esta época en Japón es que haga un torrao de calor que no se aguanta... y a nosotros nos toca la lluvia. Tanta que teníamos las tiendas empapadas al despertarnos. Y dormir con agua es incómodo. Así que lo primero que hicimos fue buscar una "Coin Laundry"  para secar incluso el saco de dormir. Las "coin laundry" tienes secadoras a gas, con lo que secan mucho mejor que las que encontráis en albergues.



Y luego, nos fuimos a la biblioteca de Izumo, del arquitecto Toyo Ito. aunque era de diseño agradable, lo que más me gustó fue el contenido de la biblio: mangas, internet gratis, películas, música y un ambiente silencioso para estudiar. Si llego a vivir en este pueblo, me quedo todo el día en la biblio.



La biblio tenía auditorio. Y nos encontramos con esto:










Para comer, fuimos a un bar de pueblo. Y nos pusieron el Katsudón más rico que he probado: Se trata de una revuelto de cebolla, algas, huevo... tapando un filete empanado y bajo todo arroz.


Después, vimos el exterior del museo arqueológico, realizado con mucho gusto (y espacio):




Y para acabar, un templo. Tengo censurado a Juan ver más de un templo al día porque.... son todos iguales y no se entra en ningún lado, sólo se pueden bordear.


Eso sí, como Juan quería hacer una foto a una vaca japonesa, y eso es más dificil de encontrar que un político español honesto, decidimos hacer una foto a una de metal:


Pero ¡oh sorpresa! Le paré los pies a Juan cuando se pasó de un establo repleto de vacas al salir de Izumo. ¡¡PERO JUAN!!! ¿No has visto las vacas? Con tanta lluvia no era fácil de ver.  Pues toma foto de vacas para una de nuestras fans:



Y por último, cruzamos corriendo el lago interior de Izumo. Es curioso: al parecer algunos años es de agua dulce y otros de agua salada. Depende de la cantidad de lluvia y las mareas.


Para finalizar el día dormimos en un parque pegado al "Onsen donde se bañan los dioses". Mañana os cuento más, que será el último día en bici, pues debemos volver a Kyoto a descansar.


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